Warner

Ahora mismo no me acuerdo exactamente a la hora que salimos, pero creo que eran las 3 de la mañana, las 3 de la mañana y 600 km por delante. Una vez recogido todo el personal incluido Sergio y Juanlu, nos dispusimos a salir hacia la Warner, un viaje largo pero que amenizaríamos con los cantos de Aito y los ronquidos de Juanlu y Sergio. Nada pues empezaron a pasar las horas y los kilómetros, los kilómetros y las horas, y nos dispusimos a parar para desayunar, unos molletes en condiciones, pero como ya se cuenta más abajo en “la importancia del mollete en el pueblo andaluz” , no había mollete, unas mierdas de tostadas en pan de molde y unos bocadillos de sabe Dios que día, pero es lo que había, así que resignación y pa´lante. Aito seguía amenizando el viaje con sus cantes y proponiendo cosas indecentes a Juanlu. Mientras que Sergio venga a dormir.

Creo que eran sobre las 10 de la mañana cuando llegamos al Parque, poco a poco empezamos a estirar las patas y a desperezarnos para ir camino de la puerta para que nos dieran una buena clavada.

El parque tenia diferentes atracciones pero muchas de ellas eran muy parecidas, y al viajar con gente que esta mu chunga de lo suyo, Jose Alberto y un servidor, este que les escribe fuimos los que nos montamos en todas y muchas repetimos, porque algunas estaban bastante apañadas. Estaba la caída libre que no estaba mal pero tampoco era nada del otro mundo. Después tenia varias atracciones de montañas rusas de esas que ahora están de moda que estaban bastante apañadas y la típica montaña rusa de toda la vida, que nos dejo las espaldas y los riñones pa el arrastre.