Siguen al parecer algunos malagueños intentando hacernos comulgar con ruedas de molino, que por cojones lo de hoy es un derbi.
Criaturitas.
Que no, que no es un derbi. Trataré de explicarlo como se lo explicaría a un niño de cinco años.
Que un derbi no se inventa. Que un derbi hay que mamarlo, que un derbi se crea generación tras generación, que un derbi debe tener dos direcciones, que un derbi se basa en una rivalidad mutua, sea por lo que sea esa rivalidad.
Y que por mucho que os empeñéis, malaguistas incapaces de asumir la realidad de las cosas, desde la Casa Grande del fútbol Andaluz, desde el club que más gloria (a años luz, a años luz) le ha dado a Andalucía no existe rivalidad ninguna respecto al Málaga.
Que, a ver si os enteráis, el Málaga, fuera de la ciudad de Málaga e incluso dentro de ella, es como el Elche, o el Getafe, o el Numancia, o el Spórting.
Un equipo más. Uno más.
Si ustedes sois felices considerando el enfrentamiento contra el Sevilla como el más importante del año, pues mejor para vosotros.
Viene el Málaga.
Ojalá que sea un partido de guante blanco. Ojalá que los cafres (de ambos bandos) se queden en sus respectivas casas, ojalá que no pase nada en las gradas ni en los aledaños de la Casa Grande del Fútbol andaluz.
Cuidado porque tenemos a la mafia madrileñista apostada en cada rincón del estadio, las cámaras del Grupo Prisa (lo de Cuatro es de juzgado de guardia) de Antena 3, de la pública (pública, como las mújeres públicas) nacional y regional listas para disparar.
Cuidado que el más mínimo problemilla lo elevarán a la categoría de delito de lesa majestad, porque tienen muy fresca la vergüenza del Manzanares y están deseando sacar lo que sea para que los cafres sigamos siendo los pobres desarrapados del sur de España.
No ellos, los puros de la capital mesetaria.
Vuelve el fútbol a Nervión.
Y ojalá Manolo Jiménez pueda celebrar su cumpleaños en nuestro banquillo con una nueva victoria.
Criaturitas.
Que no, que no es un derbi. Trataré de explicarlo como se lo explicaría a un niño de cinco años.
Que un derbi no se inventa. Que un derbi hay que mamarlo, que un derbi se crea generación tras generación, que un derbi debe tener dos direcciones, que un derbi se basa en una rivalidad mutua, sea por lo que sea esa rivalidad.
Y que por mucho que os empeñéis, malaguistas incapaces de asumir la realidad de las cosas, desde la Casa Grande del fútbol Andaluz, desde el club que más gloria (a años luz, a años luz) le ha dado a Andalucía no existe rivalidad ninguna respecto al Málaga.
Que, a ver si os enteráis, el Málaga, fuera de la ciudad de Málaga e incluso dentro de ella, es como el Elche, o el Getafe, o el Numancia, o el Spórting.
Un equipo más. Uno más.
Si ustedes sois felices considerando el enfrentamiento contra el Sevilla como el más importante del año, pues mejor para vosotros.
Viene el Málaga.
Ojalá que sea un partido de guante blanco. Ojalá que los cafres (de ambos bandos) se queden en sus respectivas casas, ojalá que no pase nada en las gradas ni en los aledaños de la Casa Grande del Fútbol andaluz.
Cuidado porque tenemos a la mafia madrileñista apostada en cada rincón del estadio, las cámaras del Grupo Prisa (lo de Cuatro es de juzgado de guardia) de Antena 3, de la pública (pública, como las mújeres públicas) nacional y regional listas para disparar.
Cuidado que el más mínimo problemilla lo elevarán a la categoría de delito de lesa majestad, porque tienen muy fresca la vergüenza del Manzanares y están deseando sacar lo que sea para que los cafres sigamos siendo los pobres desarrapados del sur de España.
No ellos, los puros de la capital mesetaria.
Vuelve el fútbol a Nervión.
Y ojalá Manolo Jiménez pueda celebrar su cumpleaños en nuestro banquillo con una nueva victoria.
Nota: este post en gran parte es un corta y pega de jesusalvarado.com
Sevilla 0 - 1 Malaga
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